Sigo instando a árboles nuevos
a crecer
aunque no vaya a poder verlos
en su esplendor.
Pero los veré elevarse
como a los otros, tantos otros
y me saciaré en ellos.
Y proyectaré mi mente
a sus sombras colmadas de amores,
jugando o descansando o recordando
años y vidas que allí fueron.
Y quedarán versos sin nacer,
pues no es fácil hilvanar palabras
para expresar sentimientos tan cruzados
en la antinomia de alegrías y bellezas
-hoy presentes-
y la triste percepción de lo lejano.
Verdes y amarillos y vaivenes de hojas.
Y sus sombras...
Y el generoso perderlas y dar sol
cuando el frío lo suplica.
Y amores y más amores,
todos los que hoy me acompañan
y aquellos que se fueron...
Y seguiré plantando árboles,
los seguiré amando.
Publicado en mi libro "De encuentros y desencuentros". 2010
No hay comentarios.:
Publicar un comentario