Es fácil descubrir el sol
mientras se escurre el tiempo entre los dedos,
pero llegar a sorprenderse de su fuego
de lo impactante de sus cobres y oros,
es singular y extraño.
Y sólo Einstein, en la locura de su genio,
enlazó espacio y tiempo,
que nosotros vivimos sin notarlos
y que aun sin entender ese misterio...
por milagroso debiera sorprendernos.
Como llega a ser tan increíble
que parezca normal que el pecho sienta
los brotes del amor que nos dan vida,
sin que el tiempo o el espacio modifiquen
su prodigiosa esencia.
Mas no importa... si mirar con inocencia
tanta vida, transforma el vivir en ese lazo
de felices ternuras y pasiones
al hombre y la mujer
que se aman.
Publicado en mi libro "De encuentros y desencuentros". 2010
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