En almas
melancólicas
eres bálsamo fugaz
pero seguro
ahogo de penas y
dolores.
Y te das en festín
de carcajadas
haciéndolas sonoras
y festivas,
entre brindis y
agasajos.
Y a veces... sacias
la sed,
pero la sed
provocas.
Mas yo sólo te
quiero
vino generoso, blanco o tinto,
que en tu oculto
reposo
te añejas
perdurando joven,
para gozar de ti en
alguna mesa
compartiéndote
entre velas
en la apacible armonía de la noche.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario