No sé cuándo ni por qué
mueren los poetas.
No sé por qué
se les apaga el fuego
o les declina el alma.
Sé que de pronto queda nada,
nada queda en un corazón inerte.
Que se fue todo en el papel
con tinta seca
cuando todo lo entregaron
o creyeron que así fue.
¿Qué pueden cantar, dónde vivir
si se fueron los sueños y las alas,
ya cortadas, les impiden volar?
Buscarán la tumba de paz y silencio
y esperarán a Dios.
Publicado en mi libro "De encuentros y desencuentros". 2010
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